jueves, 26 de abril de 2012

Jornada en Suralgae y la Venta de Vargas

La tarde comenzó en las instalaciones de Suralgae en San Fernando, Consuelo, una de las tres emprendedoras de este proyecto, nos recibió cariñosamente, y tras colocarnos unos monos blancos pasamos a visitar sus instalaciones. Consuelo nos explica cómo surge la idea de recoger y preparar algas para su uso gastronómico, a través de su hermano, cocinero e interesado por las propiedades y cocción de las algas, también nos comenta las dificultades que se han encontrado tanto administrativas, por encontrarse en un terreno poco regulado, así como financieras, por el cierre del "grifo" de todos los bancos para financiar su proyecto. 
Pasamos a visitar el proceso de depuración de las algas recogidas,  a ver su proceso de selección, el lugar de deshidratado, y salazón de las distintas algas y mientras degustábamos unos increíbles picos con sabor a mar, nos muestra los diverso productos que tienen y comenta que ellas tres realizan todo el proceso de manera artesanal, desde ir a recoger las algas a los esteros, y comenta: "el mejor equipo de trabajo, los flamenco, allí a tu lado" cuando trabajan recolectando algas.


Ya en la puerta de sus instalaciones, Benjamín convence a Consuelo para hacerse una foto con todo el equipo del curso, y tras agradecerle enormemente la visita y sus explicaciones nos desplazamos hacia la Venta de Vargas.





En la puerta de la Venta de Vargas y mientras esperamos la llegada de Lolo Picardo, Guillermo de Bodegas Huerta de Albalá, nos empieza a explicar los orígenes de estas bodega y el proyecto tan ambicioso que se está desarrollando en esta bodega, con unas impresionantes inversiones con el fin de obtener vinos tintos  de calidad en tierras gaditanas. Nos muestra dos de sus productos Barbazul, un vino con 5 meses en barricas, muy competitivo en precio e ideal para consumirlo tapeando por ejemplo, también nos ensaña una botella de Taberner, su primer vino, y cuyo nombre responde al apellido del dueño de la bodega, y es un vino con más tiempo de crianza, doce meses en barrica. 

Terminando Guillermo su explicación, llega Lolo Picardo, uno de los miembros de la cuarta generación de una saga familiar, dedicada al cuidado y mimo de un establecimiento tan emblemático como es la Venta de Vargas. En su interior se respira cierto misticismo y el propio Lolo nos acompaña en un recorrido repleto de anécdotas, de historias, cada cuadro, fotografía, azulejo no se encuentra allí de forma casual, tras ellos existe una historia, que Lolo poco a poco nos fue descubriendo durante el transcurso de una visita a un lugar que ciertamente podemos denominar templo gastronómico, del arte y del flamenco. 

Para finalizar la jornada, Guillermo de Huerta de Albalá descorchó una botella de Barbazul y de Taberner para nuestra degustación, dando así por concluido un día muy completo y con muy buen sabor de boca.

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