Durante la jornada de ayer comenzó el ciclo Cádiz en Danza que tomará a la ciudad de Cádiz como escenario de espectáculos hasta el próximo día 17 de junio.
Ayer noche acudí al espectáculo Drácula de la compañía lusa Vórtice, animado por la promoción vista en los medios en los últimos días y por mi afición por aquello llamado cultura.
A las 21:00 horas comenzó el espectáculo en un Teatro Falla no demasiado rebosante de público, con sus palcos prácticamente despoblados, ausencia absoluta de autoridades en ese magnífico palco municipal, del que siempre he reivindicado la venta de sus localidades en caso de no ser usado, y una escasa treintena de personas tocando el cielo del paraíso.
El espectáculo, según la compañía lo define, es una reinterpretación de la conocida novela de Bram Stocker, con una sucesión de escenas, donde hay una nota constante de sufrimiento y alucinaciones. Sus personajes deliran entrando en el mundo de los no vivos, siendo meros muñecos vivientes. Contorsiones, braceos de zombis, manos muertas, se entremezclan con movimientos del ballet clásico de zapatillas creando un ambiente espectral.
Especialmente dramática supone la escena en la que una danzarina entra en escena con un largo vestido de cola roja, y entona una especial danza con la muerte, con aquel mal del más allá, que representado por su cola, la domina, la eleva y juega con la danzarina a su propio antojo hasta terminar devorándola.
Un gran patetismo también se visualiza en una escena donde cuatro hombres - murciélagos, danzan
colgados boca abajo, desde el lugar de la gruta donde dormitan. Recurso escénico que será utilizado en varias ocasiones durante la obra e incluso en una proyección de vídeo en un momento cercano al escalofrío.
colgados boca abajo, desde el lugar de la gruta donde dormitan. Recurso escénico que será utilizado en varias ocasiones durante la obra e incluso en una proyección de vídeo en un momento cercano al escalofrío.
Se concluye con una danza final de todos los bailarines enganchados a goteros de sangre, quizás representación de la eterna dependencia a la sangre en la vida de un vampiro.
La obra a mi parecer y mera opinión de espectador, es un buen espectáculo, que en determinados momentos, logra sumergirte en una atmósfera tétrica y novelesca. Quizás bajo mi opinión, le faltaría un hilo argumental más consistente, ya que el final llega sin saber que está acabando la obra, pero también esta sea la intención de los artistas, simplemente recrear escenas inspiradas en estos personajes sobrenaturales.
Efectivamente habrá todo tipo de gustos y opiniones respecto a la danza contemporánea, pero lo que es indiscutible es que ayer, por tan sólo cuatro euros, pude disfrutar de un espectáculo de calidad, interpretado por once bailarines que se esforzaron por sacar lo mejor de si mismos, en una obra, que cuanto menos interesante y entretenida, con los esfuerzos que requiero esto hoy día y lo difícil que es que el público se acerque a la cultura a pesar que los precios ridículos que se pagan.
El ciclo Cádiz en danza cuenta con un amplio calendario de actos, muchos de ellos gratuitos en las calles de Cádiz, ¡animémosno a danzar en pro de la cultura!
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