jueves, 13 de diciembre de 2012

Gala "ningún niño sin juguete", flamenco y carnaval.


El pasado miércoles tuvo lugar en el templo gaditano, el Gran Teatro Falla, una gala benéfica organizada por al Asociación de Reyes Magos de Cádiz y su campaña ningún niño sin juguete.

En ella se dieron cita Flamenco y Carnaval, dos artes fecundos y de gran arraigo en esta tacita nuestra, cuna de genios flamencos y grandes autores de carnaval. El quejío y sentimiento del flamenco se unieron a la sonrisa y el descaro de la copla por una buena causa. La campaña ningún niño sin juguete, reunió en un mismo escenario  a cantaores de la talla de Marina Heredia y David Palomar y bailaores como El Junco, con autores carnavalescos como Jesús Bienvenido o Antonio Martín.

El equipo de Cádiz opinión estuvo allí, y esta es la crónica del espectáculo: 

La fría noche comenzó a tornar en cálida cuando la viñera Anabel Rivera apareció en el escenario y el Falla comenzó a marcar compás por alegrías. La antología de Antonio Martín fue el Capricho de la noche, que nos llevó, ayudado por sus vientos, a nuestra querida Caleta. 

La onubense Argentina nos conquistó con sus fandangos y esa voz tan dulce y flamenca. Tino Tovar y su antología venían, como caídos del cielo de Cái,  cargados de recuerdos y remedios de una simpática botica para nuestros mayores del año catapum, que se quedaron atónitos al descubrir a Juana la Loca discutiendo con el Ciudadano Zero. 

Pero la noche no había hecho más que empezar y Marina Heredia se hizo notar en las tablas del Teatro y nos trajo por seguirillas la mismísima esencia de su Albaycín. Actuación que acabó en una divertida discusión con los gitanitos del puerto, que si los tangos son de Graná, que si los Tangos son de Cái...Pero siendo  esta la tierra de Chano, la discusión no tenía sentido,  así que  Marina cogió la cazuela que tiene más de 500 años y terminó haciendo poleá con to los gitanos.

"¿Cuanto frío tiene que hacer pa que tu te quede en casa chiquilla?"- le decía Pepito el Caja a nuestra María la Yerbabuena. Así estaba el patio cuando apareció nuestro querido David Palomar, semblante serio  que le duró poco, ya que se arranco por Cái como él sabe hacerlo, tanguillos y alegrías bailadas por un magnífico Junco que sorprendió por su gracia y descaro en el escenario.  David,  amigo y compañero en Levantito de Jesús Bienvenido, empasta perfectamente con el grupo y se convirtió en todo un menda lerenda de la bahía, que dió paso a unos siempre afinados y simpáticos santos-trasnochadores que pusieron al público en pie para despedirse a ritmo de conga. 

Terminó la gala, vuelta al frío. 





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