miércoles, 15 de agosto de 2012

Balcones de Ida y vuelta. Raúl Gálvez y Sergio Monroy

La Plaza de las Canastas llenita a reventar para escuchar al cantaor gaditano Raúl Gálvez y al pianista Sergio Monroy. Tardó en empezar, quizás por los nervios. Normal pensé yo, es  un sitio difícil. Subirte a un balcón y  cantar en la Plaza de las Canastas tiene que ser algo especial, sobre todo para un cantaor gaditano que sabe de la solera de este barrio, gitano por excelencia, el que vio nacer a los primeros y grandes flamencos de Cádiz. No podían decepcionarnos, y no lo hicieron.


La gente del barrio enmudeció cuando el piano empezó a sonar, maravillosos acordes que envolvieron el ambiente. Raúl aparece y el aplauso es unánime, son muchos los aficionados que conocen y han seguido la trayectoria de este cantaor de la tierra.Fandanguitos y bulerías para abrir boca. El plato fuerte viene con unas exquisitas alegrías,¡ vamonos por Cai Raúl!. Interpretadas con mucha clase, dulzura y cariño. Alegrías de las que por momentos te pellizcan el alma. De postre las bulerías y pa los que se quedaron con hambre y gritaban ¡otra,otra! repetimos con unos preciosos fandangos, cuyo acompañamiento musical fue grandioso.

Desde la azotea del nº8 de la Plaza de las Canastas asomaban unas cabecitas. Eran los grandes, los maestros que no querían perderse lo que pasaba esa noche en el barrio. Enrique el mellizo, la Perla de Cái, Aurelio Sellé, Pericón y algunos más que entre ellos discutían :

-¿ un piano?¿eso como va a ser shiquillo? 
- ¿ Y esas luces de colores? ¿donde va mushasho, como va a cantá así?
- no me seas antiguo Enrique, las cosas han cambiado, es normal, tu escucha.

Dicen las vecinas que toda la noche estuvieron discutiendo, que si el flamenco pacá, que si el flamenco payá. La juerga acabó a las tantas pero terminaron abrazados y  brindando por los de ahora, los que recogen el  testigo del legado que ellos dejaron. A la salud del flamenco, que sigue en su barrio y está más vivo que nunca.







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