viernes, 29 de junio de 2012

Turismo de cruceros en Cádiz.

Desde hace un tiempo, e incrementado con la existencia de este blog, me he interesado cada vez más en compaginar mi vida, con la participación en eventos y actos de Cádiz, y no solo con el objeto de hacer una crónica y publicarla, sino porque realmente me apasiona esta ciudad, sus temas y sus posiblidades. 

Como defensor de Cádiz como destino turístico, desde hace aproximadamente un año, me preocupé por estudiar la demanda turística de la ciudad, los visitantes que venían a Cádiz, sus características y gustos y me topé con un brazo del sector turístico que me resultó de gran interés, como es el turismo de cruceros. ¿Qué mejor ciudad que Cádiz para recibir a cruceristas? así que me surgió la inquietud de analizar este tipo de turismo tan peculiar. 

Tras sortear las correspondientes dificultades que existen para obtener datos fiables, en esta llamada "era de la información" y gracias a la colaboración de la APBC, y a la asistencia a más de un congreso, charla,

lunes, 18 de junio de 2012

De tapas por Cádiz. Las tortillitas de camarones de Piccola

Continuamos nuestro paseo para seguir descubriendo valores gastronómicos y conocer un poco más nuestro barrio. En esta ocasión nos gustaría hablar del Bar Piccola y de sus tortillitas de camarones. 


El bar Piccola es uno de esos establecimientos que uno recuerda de toda la vida, recuerdo de infancia ,cuando iba a jugar a la plaza Mina, ese mostrador que daba a la calle donde vendían porciones de tarta imperial, y mi amiga Cristina Gaditana, hace poco, tomándome allí una cerveza con ella y sus padres, recordaba como de niña se asustaba con las caretas de payaso que forman parte de la decoración del bar. 
Careta del local

El bar Piccola abre sus puertas en mayo de 1962 regentado por Emilio Sancho, padre de Luis, el actual propietario del establecimiento, que nos comentaba cómo de niño su padre le castigaba trabajando en el bar porque no era muy buen estudiante, pero finalmente estudió y se centró en el sector del metal, un tanto alejado de la hostelería, y trabajó en Aeronáutica hasta que su padre decide jubilarse y le ofrece continuar con el negocio familiar, y me imagino que tras darle muchas vueltas a la cabeza, pues la decisión lo requería, deja su trabajo, en el que llevaba más de diez años, para dedicarse al pequeño bar de su padre de la calle San José. Hoy día no se arrepiente de su decisión pues gracias al bar ha podido conocer a mucha gente buena.

Mientras charlamos, y entre cerveza y cerveza, salen unos langostinitos a la plancha, de esos que les chupas hasta las patas, y nos comenta que él sus productos los compra en la plaza de Cádiz, destacando los viernes que es cuando compra pescado y marisco fresco para el fin de semana normalmente en el puesto de Paco de la Rosa "que es de plena confianza".


Al terminar de hablar de los productos, la fuente de tortillitas de camarones ha aparecido sobre la barra,

lunes, 11 de junio de 2012

Cádiz XIX Guía de arquitectura.

En el pasado mes de marzo, se publicaron varias guías de arquitectura de Cádiz en el Colegio de Arquitectos, crónica que ya realizó nuestra compañera Nadia en su momento. 

Una vez que el tiempo me ha permitido leer con tranquilidad el libro Cádiz XIX Guía de arquitectura, me gustaría hacer unas breves reflexiones sobre la obra.

La obra puede dividirse en  varias partes fundamentales. 

Los primeros capítulos se destinan a describir la historia y evolución de la ciudad, centrado en el aspecto arquitectónico y profundizando más en la cronología de los hechos del siglo XIX, hechos de relevancia nacional en la que tanta participación tuvo la ciudad de Cádiz.

La segunda parte y una de las más interesantes de la obra, se destina a describir, una por una, las operaciones de reformas que se llevaron a cabo en el S.XIX, en una ciudad que prácticamente ya se encontraba construido la totalidad de su territorio, y cómo hay un creciente interés en reformar la ciudad en beneficio de una mayor calidad de vida de los ciudadanos, procurando mejores comunicaciones entre las diversas partes de la ciudad, mejoras en la circulación de los carros, mayor ventilación y luminosidad de las casas, que tan importante eran para conseguir una buena higiene ciudadana. Numerosas fotografías, planos y detalles acompañan a cada una de estas actuaciones descritas, fruto de un buen trabajo de investigación. El capítulo está repleto de datos curiosos como que los vecinos de la plaza de Candelaria aportaron 10.000 pesetas en efectivo para compensar a la Iglesia por la expropiación de sus terrenos, debido al beneficio que les reportaba, o cómo el mercado de abastos era un mercado de día y una plaza más de la ciudad por la tarde. 

La tercera parte, consiste en una relación de los principales edificios y viviendas construidos o reformados en el Cádiz del XIX, especial interés tiene el capítulo de Arquitecturas olvidadas, donde se describen los principales edificios del siglo que hoy han desaparecido. En cuanto a la relación y descripción de edificios se puede observar una clara influencia de la anterior guía de arquitectura de la ciudad editada también por el Colegio de Arquitectos. También contiene una descripción de los principales arquitectos que intervinieron en la ciudad en esta época. 

Por último se describen varias rutas arquitectónicas por la ciudad donde se pueden contemplar los principales edificios y reformas llevadas a cabo en ese siglo en la Cádiz, realizando tres recorridos, uno por la ciudad antigua, otro por la ciudad moderna del XIX y otro tercero por el perímetro amurallado de la ciudad. 

La obra finaliza con una relación de edificios de interés de otras épocas, de una manera muy somera.

Una vez leída la guía, podemos decir que es una obra fundamental para todo aquel entusiasta de la ciudad gaditana, es un libro fácil de leer que rápidamente te engancha en su lectura, pese a la temática y contenido técnico del mismo, el uso de tecnicismos de artísticos y arquitectónicos no limita la comprensión del contenido, que está ricamente acompañado por numerosos planos de localización, planos de edificios proyectados y ejecutados y fotografías de la época. Además el libro se encuentra escrito simultáneamente en inglés, acercándolo a cualquier estudiosos foráneo de nuestras fronteras. También hay que decir que dado lo concreto de su contenido y temática no es una guía convencional para el turista, para ellos existen manuales mas amplios de contenido y menos técnicos, pero si considero que es una guía imprescindible en las estanterías de aquellos enamorados y estudiosos de la ciudad de Cádiz.  

sábado, 9 de junio de 2012

Drácula en danza.

Durante la jornada de ayer comenzó el ciclo Cádiz en Danza que tomará a la ciudad de Cádiz como escenario de espectáculos hasta el próximo día 17 de junio. 

Ayer noche acudí al espectáculo Drácula de la compañía lusa Vórtice, animado por la promoción vista en los medios en los últimos días y por mi afición por aquello llamado cultura. 


A las 21:00 horas comenzó el espectáculo en un Teatro Falla no demasiado rebosante de público, con sus palcos prácticamente despoblados, ausencia absoluta de autoridades en ese magnífico palco municipal, del que siempre he reivindicado la venta de sus localidades en caso de no ser usado, y una escasa treintena de personas tocando el cielo del paraíso. 

El espectáculo, según la compañía lo define, es una reinterpretación de la conocida novela de Bram Stocker, con una sucesión de escenas, donde hay una nota constante de sufrimiento y alucinaciones. Sus personajes deliran entrando en el mundo de los no vivos, siendo meros muñecos vivientes. Contorsiones, braceos de zombis, manos muertas, se entremezclan con movimientos del ballet clásico de zapatillas creando un ambiente espectral. 

Especialmente dramática supone la escena en la que una danzarina entra en escena con un largo vestido de cola roja, y entona una especial danza con la muerte, con aquel mal del más allá, que representado por su cola, la domina, la eleva y juega con la danzarina a su propio antojo hasta terminar devorándola. 

Un gran patetismo también se visualiza en una escena donde cuatro hombres - murciélagos, danzan

miércoles, 6 de junio de 2012

Valoración final de las lecciones de tortillología

Ya finalizado el curso de tortillología, nos queda presentar nuestra valoración final de las diversas lecciones realizadas.

A lo largo de este curso hemos vivido lecciones intensas, algunas difíciles, tortillas muy buenas y otras quizás insípidas, pero muchas inolvidables, y quisiéramos agradecer también  a los acompañantes que hemos tenido en muchas de ellas, Iván, Susana, Ana, Isabel, Tito, Javi y los repetidores de experiencias Censi y Juan Antonio, que con su cariño permitieron que las lecciones fueran algo más y se convirtieran en grandes veladas.

El Tabanco San Pablo ha sido nuestro establecimiento ganador, debido al local en sí, que rezuma solera, al servicio, pues nos atendieron de una manera muy cercana y atenta, por la calidad de las otras tapas que tomamos, por la compañía que tuvimos y por una tortilla, que es una buena tortilla de patatas, presentada de forma muy simple, a daditos y con palillos, impidiendo la mala presentación que a veces tienen esas cuñas que se rompen o caen sobre el plato.

Ranking final a la mejor lección
Establecimiento
Puntuación final
Tabanco San Pablo
8,74
El Cañón
8,57
Mi Pueblo
8,18
El Veedor
7,98
El Volapié
7,75
La Bohemia
7,38
Los Corrales
7,23
La Gallega
6,92
Loanca
6,71
El Apolo
6,56
El Torito
6,47
El Fillo
6,46
La Zurrapa
6,18
El Nebraska
5,80
El Maypa
4,90


También hay que decir que si nada más que tenemos en cuenta la valoración de la tortilla, la que más puntuación ha obtenido ha sido la tortilla a la manzanilla del Cañón, toda una tortilla original al estar sus patatas maceradas en manzanilla, tortilla que ya conocíamos pero que consideramos de gran calidad.

Ranking final a la mejor tortilla
Establecimiento
Puntuación final
El Cañón
9,00
Tabanco San Pablo
8,75
Mi Pueblo
8,42
El Volapié
8,09
El Veedor
7,84
La Bohemia
7,19
Los Corrales
7,06
La Gallega
6,91
Loanca
6,84
La Zurrapa
6,61
El Apolo
6,41
El Fillo
5,95
El Torito
5,53
El Nebraska
5,47
El Maypa
4,44






domingo, 3 de junio de 2012

Bar Mi Pueblo. Última lección de tortillología.


El domingo pasado nos levantamos todos estos tortillandos con un pequeño nudo en el estómago, una mezcla de ilusión y tristeza. Alegría porque en unas horas se iba a cumplir nuestro objetivo y conseguiríamos completar con éxito y en tiempo todas las lecciones del curso de tortillología, y pena, porque llegaba el final de esta aventura, con la que tanto hemos disfrutado, hablando, comentando, ideando la cronología de las lecciones y haciendo las evaluaciones y crónicas de las mismas. Además esta última lección era en Olvera por lo que tenía un aliciente añadido, una excursión a la sierra, a un pueblo de nuestra provincia que muchos de nosotros aún no conocíamos.

El trayecto fue muy tranquilo, sin ningún incidente, y haciendo una paradita en Bornos para ir animando a nuestros estómagos, grandes protagonistas del día, a colaborar con la jornada.

Restaurante Mi Pueblo
Nada más llegar a Olvera, con mucha suerte aparcamos los coches justo delante del Restaurante Mi Pueblo, y digo coches, porque en esta lección repitieron como acompañantes nuestros, Censi y Juan Antonio, que ya nos ayudaran en su día con la lección del Volapié en Chipiona.


Tras reservar mesa en la terraza del restaurante decidimos explorar Olvera, nos sorprendió gratamente el aspecto del pueblo, sus calles, sus casas tan cuidadas. Al final de la calle Llana o Llana street enfilamos una cuesta - escalera hasta la plaza de la iglesia, desde donde se disfruta de unas vistas impresionantes del pueblo y los alrededores.

A las 14.00 horas estábamos llegando a nuestra mesa reservada, tras haber paseado por el mirador del Sagrado Corazón de Jesús, situado en la misma plaza del restaurante. Al poco de sentarnos se nos acercó Paco Medina para dar la bienvenida a estos tortillandos.

Pastel de tortilla
Tras pedir nuestra primera cerveza con tapa según el "Granada touch" del establecimiento, comenzamos a

viernes, 1 de junio de 2012

De tapas por Cádiz. Bar La taberna del vino.

Si tuviera que describir mis aficiones podría enumerar varias, pero estaría por encima de todas, el rodearme de amigos, de buenas personas, que tanto te aportan, y transmiten tanta energía positiva. Normalmente nuestros encuentros suelen realizarse en bares, restaurantes, pubs, establecimientos donde poder compaginar dos placeres, uno para el alma con la compañía y otro para el cuerpo con la degustación de platos, tapas, cervezas y demás alicientes que constituyen seguramente, la segunda de mis aficiones.

Actualmente y fomentado gracias a maestros como Pepe Monforte, Benjamín Colsa y blogueros como Tubal,  Come en Casa y El Almirez, me encuentro ilusionado y desarrollando esta segunda afición: el amor por nuestra gastronomía local, conociéndola, fijándome en los detalles, siendo crítico y valorando los esfuerzos que se realizan, más en estos tiempos donde hay que ingeniárselas para salir para adelante. 

Por ello, y humildemente me gustaría comenzar a aportar mis pequeños granitos en este mundo gastronómico, a partir de mis experiencias y de mis sensaciones, expresadas con mis palabras a través de este blog.

Para estas nuevas experiencias narrativas, me gustaría comenzar hablando de aquellos establecimientos de mi barrio, que, debido al hecho de tenerlos siempre cerca, quizás no nos fijamos suficientemente en ellos y que en muchas ocasiones constituyen pequeñas joyas.

En esta primera entrada comenzaré hablando sobre un pequeño bar de tapas situado en la calle Sagasta, justo frente a la esquina con la calle Solano, La Taberna del Vino.

José y Vero cogieron este establecimiento hace poco más de un año, bar que anteriormente era una peña familiar flamenca, con la idea de hacer de él un lugar de tapas, donde poder degustar buenos vinos acompañados con comida casera.



Disponen de una gran variedad de vinos, contando tanto con tintos de la tierra como Barbazul y Taberner como con reconocidos Riberas de Duero como Flor de Pingus y Vega Sicilia.