El pasado jueves nos dirigimos a Puerta Tierra para realizar nuestra penúltima lección de tortillología.
A la tercera va la vencida ya que por fin, y después de dos intentos en los que nos fue imposible probar la tortilla, pudimos cumplir con la lección.
Dos de nuestro grupo de tortillandos actuaron de avanzadilla para asegurarnos esta vez de que no nos cerraran en las narices o de que no quedara tortilla al medio día.Cuando llegaron y preguntaron por la tortilla a las dos y cuarto de la tarde, estaba agotada. La cara de decepción de los dos tortillandos evidenciaba su impotencia ante este bar que se nos resistía. Después de las explicaciones al dueño del bar de la situación nos dijo que no nos preocupáramos que nos haría una tortilla para nosotros, todo un detalle teniendo en cuenta las circunstancias.
A la tortilla le siguieron un par de raciones, una de albóndigas y otra de filetitos de pollo con roquefort, nada del otro mundo.
La nota de la tortilla es de un 6,19 siendo el aspecto más valorado la tortilla en si y el menos valorado la tan resistida, por lo general, beca, que aparece en muchos establecimientos pero que muchos ni saben lo que es.
El dueño del local, a pesar del detalle de realizar la tortilla para nosotros, se despidió con una palmada diciendo literalmente: " Señores yo me voy ya, así que si quieren sello en la cartilla, rapidito". Si soy justa luego lo quiso arreglar, ante nuestras caras de asombro, dándole tono de broma a su comentario, que estuvo totalmente fuera de lugar.La nota de la tortilla es de un 6,19 siendo el aspecto más valorado la tortilla en si y el menos valorado la tan resistida, por lo general, beca, que aparece en muchos establecimientos pero que muchos ni saben lo que es.
Tres veces nos costó probar la tortilla del bar La Zurrapa que considero no merece tal esfuerzo, por el trato, por la calidad del lugar y por el precio,que se me olvidaba mencionar que encima nos clavaron.